miércoles, 2 de diciembre de 2015

Desconfianza: Signo de Nuestro Tiempo

La esperanza firme que se tiene de alguien o algo, constituye la capacidad de anticipar lo que sucede respecto de ese alguien o ese algo. En otras palabras, se confía en que una persona, o una cosa, actuará de una forma determinada. La confianza se gana o se pierde cuando dicha actuación resulta distinta, es decir, que no obedece a las expectativas que se tenían por parte de una persona o grupo.

La confianza entre una persona y otra, está basada en la creencia de que existen reglas comunes para todos y que éstas son respetadas, aún cuando nadie esté observando.

Bajo esa premisa, todos deberíamos confiar en los demás, sin embargo, en la realidad, y particularmente la de los habitantes de América Latina, esto no sucede ya que si bien es cierto que existen reglas, resulta asimismo cierto que no son respetadas por todos.

Cuando cometemos una falta o rompemos alguna de esas reglas establecidas en la sociedad, y comenzamos a incurrir de forma sistemática en prácticas, incluso toleradas entre nosotros mismos o por parte de las autoridades, desarrollamos necesariamente una cultura de 'fraude social', en la cual la confianza es algo que difícilmente se conserva.

Las cifras de confianza interpersonal en América Latina son las más bajas que existen a nivel global, a pesar del alto crecimiento económico observado en las últimas décadas.

Estudios en relación a la confianza señalan que, en América Latina, 8 de cada 10 personas no confían en el otro, en tanto que en países con grados distintos y superiores de convivencia, como los nórdicos, se vive algo totalmente opuesto: 8 de cada 10 personas si confían en el otro.

La desconfianza en América Latina prevalece no sólo a nivel interpersonal, sino de igual forma respecto de los medios, las instituciones y los gobiernos.

Más allá de un tema de percepción, constituye un problema, reflejo de la realidad que se vive, donde la confianza de la ciudadanía se ha perdido ante los escenarios de violencia cotidiana, los escándalos y fraudes que se observan en los sectores públicos y privados, amén de las injusticias y violaciones de derechos humanos evidentes en la sociedad inmersa, lamentablemente, en un ambiente de desigualdad, frustración y desesperanza.

Ante ello, debemos reflexionar profundamente y entender que en la medida en la que logremos confiar en nosotros mismos, en nuestra familia, nuestros amigos, nuestra sociedad, nuestra cultura, nuestras leyes y crear modelos de desarrollo social, económico y ambiental, basados en una colaboración, supervisión y auditoría a los encargados de su administración, en el gobierno, podremos apostar por un futuro mejor.

Para que lleves a cabo una mejor reflexión al respecto del tema de la confianza, te recomendamos ampliamente leer el documento La confianza en América Latina 1995-2015, publicado por la organización Latinobarómetro.

Compártenos tu opinión y comentarios, para saber cómo consideras que podemos recuperar esas confianza que hoy hemos perdido y que debemos, algún día, recuperar.

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