lunes, 22 de junio de 2015

Violencia doméstica: 11 mitos

La violencia doméstica es un problema muy serio que existe en todos lados. Un buen porcentaje de la población mundial sufre durante años abusos de tipo sexual, físico y psicológico, entre otros. Las víctimas se ven atrapadas, sin poder defenderse o irse debido a complicadas cuestiones sociales, financieras, familiares o religiosas. Todos somos responsables de ayudar a las personas que sabemos que están siendo maltratadas. El primer paso es informarse, educarse sobre el tema. Para contribuir con esto, a continuación enumeramos 11 mitos acerca de la violencia doméstica.

Mito 1: La violencia doméstica es sólo física

Las acciones abusivas hacia otra persona pueden ser verbales, emocionales, sexuales y físicas. Hay cinco tipos básicos de violencia doméstica:
  • Física: empujar, abofetear, dar puñetazos, golpear, patear y restringir.
  • Sexual: cuando un miembro de la pareja fuerza actos sexuales sobre el otro que son no queridos, no son bien recibidos o no han sido invitados.
  • Psicológica: Abuso verbal y emocional, amenazas, acecho, insultos, intimidación, aislamiento de la familia y amigos, dependencia financiera forzada.
  • Actos contra la propiedad y las mascotas: Romper objetos del hogar, golpear paredes, abusar o matar a mascotas amadas.
  • Económica o patrimonial:  toda acción u omisión que implique perjuicio pérdida, transformación, sustracción, destrucción, retención o distracción de objetos, instrumentos de trabajo, documentos personales, bienes, valores, derechos o recursos económicos, destinados a satisfacer necesidades que conlleven un riesgo de daño inminente en la salud física o psíquica o la vida de algún miembro del grupo familiar.

Mito 2: La violencia doméstica no es común

Aunque es difícil determinar estadísticas precisas, los indicadores sugieren que la violencia doméstica es más común de lo que la mayoría de las personas cree o quiere creer.
Por ejemplo, debido a la falta de espacio, los refugios para mujeres maltratadas son capaces de admitir sólo entre el 10% a 40% de las mujeres que requieren dicha admisión. Otro ejemplo son las mujeres divorciadas: aunque representan el 8% de la población de los Estados Unidos, representan el 75% de las mujeres maltratadas y reportan ser atacadas 14 veces más seguido que las mujeres que todavía viven con sus parejas. Se cree que las estadísticas disponibles son bajas porque la mayoría de los casos no son reportados.

Mito 3: La violencia doméstica sólo afecta a las mujeres

¡Cualquiera puede sufrir abuso! Puede estar dirigido hacia mujeres, hombres, niños, ancianos. Tampoco hace distinción de clases sociales o grupos étnicos, sin embargo, en la mayoría de los casos, las mujeres suelen ser las víctimas de violencia doméstica. Algunas estadísticas sobre esto son:
  • Una de cada cuatro estadounidenses reporta ser físicamente atacada y/o violada por su esposo actual, ex-esposo, pareja con la que vive o una persona con la que tuvo una cita en algún momento de su vidas.
  • En este mismo país, una mujer es asesinada todos los días por su esposo o novio.
  • Una mujer es golpeada cada 15 segundos, según el FBI.
  • Se estima que más de 10 millones de niños son testigos de actos de violencia doméstica anualmente.
  • Los varones que han sido testigos de violencia doméstica son dos veces más propensos a abusar de sus esposas o novias que los hijos de padres no violentos.
  • A nivel mundial, al menos 1 de cada 3 mujeres ha sido golpeada, coaccionada a tener sexo o abusada de alguna otra forma en toda su vida.
  • Mientras que los hombres también son víctimas de abuso doméstico, el 92% de las personas sometidas a la violencia son mujeres.

Mito 4: La violencia doméstica sólo ocurre en las clases bajas, las comunidades rurales o en los grupos minoritarios.

La violencia doméstica cruza toda línea de razas y clases. Se reportan tasas similares de abuso en ciudades, suburbios y zonas rurales.
Los abusadores pueden encontrarse viviendo en mansiones o en casas de chapa y cartón.

Mito 5: Las mujeres golpeadas pueden irse de la casa

Una combinación de factores hace que sea muy difícil para la persona abusada dejar el hogar e irse. Esto incluye presión social y familiar, vergüenza, barreras financieras, niños y creencias religiosas.
Más del 50% de las mujeres con niños que huyen de la violencia doméstica terminan sin hogar por dejar al abusador. También está el hecho de que muchos de los abusados enfrentan ambivalencia emocional sobre si irse o no.
Una mujer recuerda lo siguiente (que puede ser un recuerdo que muchas mujeres abusadas tengan en común): “Mi cuerpo todavía me dolía de los golpes que mi esposo me había dado el día anterior. Pero el seguía suplicándome en la puerta: ‘Lo siento. Nunca más  lo voy a hacer. Se que necesito ayuda.’ Yo tenía un bebé de 2 semanas. Quería creerle. Abrí la puerta.”
Su situación de abuso continuó por dos años más antes de que reuniera el coraje para irse.

Mito 6: El abuso es causado por el consumo de alcohol y otras drogas

El abuso de sustancia no causa violencia doméstica. Si así fuera, el 100% de las personas que beben o se drogan serían abusadores. Sin embargo, el alcohol y otras drogas disminuyen la inhibición mientras incrementan los niveles de violencia, generalmente a escalas más peligrosas.
El Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos estima que de un cuarto a la mitad de los abusadores tienen problemas relacionados al abuso de sustancias.

Mito 7: Las víctimas sólo tienen que pelear o irse

Lidiar con la violencia doméstica nunca es tan simple como luchar o salir por la puerta.
Pensemos que la mayoría de los abusadores son hombres y la mayoría de las víctimas mujeres, y los hombres son físicamente más fuertes. Si hablamos de ancianos, su condición frágil puede ponerlos en un lugar de desventaja fácilmente. Por último, los niños suelen ser abusados por un guardián que es más imponente no solo física sino también psicológicamente.

Mito 8: La víctima provoca al victimario

El abusador es completamente responsable del abuso. Nadie puede decir o hacer nada que garantice ser golpeados y maltratados. Sin embargo, los abusadores tratan de evadir la responsabilidad al culpar a las víctimas a través de comentarios tales como:
  • “Me hiciste enojar.”
  • “Me pusiste celoso.”
  • “Esto jamás hubiera pasado si no hubieras hecho eso.”
  • “No quise hacerlo, pero estabas fuera de control.“
Se necesita asegurar a las víctimas que el abuso no es su culpa.

Mito 9: El abuso doméstico es una cuestión privada y no tiene nada que ver conmigo

¿Realmente te gustaría vivir en una sociedad donde nadie siente la responsabilidad de preocuparse por el otro? Mañana puede ser tu hija o la mia…
Incluso si el abusador es tu amigo, denunciar una situación así también puede significar ayudarlo.

Mito 10: Los dos necesitan terapia de parejas

La trabajadora social Susan Schechter opina que la terapia de parejas no es una intervención apropiada ya que puede aumentar el riesgo en el que se encuentra la persona abusada de varias formas:
  • Podría animar al abusador a culpar a la víctima al examinar el rol de esta última en su problema.
  • La aceptación de una pareja así por parte de un terapeuta podría mandar un mensaje erróneo al abusador (de que la pareja maltratada es también responsable de la conducta del abusador).
  • Además también podría darse que la víctima revele actos de violencia y esto provoque que, luego de la terapia, el abusador la golpee.
En este sentido, es el abusador solo el que debe tomar responsabilidad por los ataques y entender que el objetivo de la terapia no es la reunión familiar sino ponerle un freno a la violencia.
Sin embargo, esto no significa que la persona maltratada no pueda beneficiarse de terapia individual también.
Mito 11: Los abusadores son gente malvada
Los abusadores son personas que pueden ser fuertes y estables en algunas áreas de su vida, pero débiles, no razonables e incontrolables en otras. Esto no justifica su conducta ya que el abuso siempre es un error. Pero estas personas deben hacerse responsables de sus actos y se les debe instar a buscar ayuda profesional rápido.
Una comunidad informada y una familia y amigos que ofrezcan su ayuda, pueden contribuir grandemente a que el ciclo de abuso se rompa.
Si conoces a alguién que es víctima de violencia doméstica, por favor contacta a un centro de ayuda como Casa Amiga Centro en Ciudad Juarez y trata de convencerle de buscar ayuda. Despues puede ser muy tarde.

viernes, 5 de junio de 2015

Cómo reconocer a un pedófilo




Perfil del pedófilo

¿Cómo educar a nuestros hijos para que nadie se aproveche de ellos? Los múltiples casos de abusos a niños y adolescentes evidencian la importancia de esta pregunta. No se trata de desconfiar de todo el mundo y vivir en una burbuja, sino de guiar a tu hijo para saber tomar la decisión apropiada en el momento indicado. Y aprender a reconocer las señales de alerta.
Los pedófilos son personas que obtienen placer sexual a través del acercamiento con un niño. Según el Dr. Richard Macu Brousil, director del Programa de Salud Mental y Comportamiento Infantil y Adolescente del Hospital Mount Sinai, de Chicago, en líneas generales se estima que entre un 2 y 3% de la población de los Estados Unidos cuadra con la descripción de “pedófilo”. Las víctimas son principalmente varones, siendo la proporción 3 a 1 o 4 a 1 (es decir, de cada niña que es víctima de pedofilia, 3 o 4 niños también lo son).
 “Es importante saber que una persona recién es diagnosticada como “pedófila” cuando cumple los 18 años de edad y tiene por lo menos 6 meses de experiencia de intensas urgencias y fantasías sexuales recurrentes, que incluyen actividades con un menor de 13 años o con una diferencia de edad mínima de cinco años”, explicó el Dr. Richard Macu Brousil, al mismo tiempo que remarcó que esta es la información “técnica”, pero que las siguientes son algunas de las señales que manifiestan los pedófilos:
  1. Racionalización de sus actos: Suelen decir “al chico le gusta” o “ésta es la manera que le demuestro cómo lo quiero” para fundamentar lo que hacen.
  2. Amenazas de violencia a la víctima o sus seres queridos.
  3. Encuentran víctimas “fáciles”. En general, chicos que están deprimidos, que son solitarios o que ya los conocen y confían en ellos. Ésta es la razón por la que muchos pedófilos son miembros de la familia, porque ya todos “confían” en ellos.
  4. Hacen grandes esfuerzos por lograr que la familia de la víctima o su grupo de apoyo “confíe” en ellos.
Habla con tus hijos sin asustarlos
Ahora que ya sabes qué es un pedófilo y cómo puedes reconocerlo, te toca transmitirles la información correcta a tus hijos, para que puedan protegerse. Según el Dr. Brousil, la edad ideal para empezar a hablarles es a partir de los 5 años, aunque hay muchos padres que abren el diálogo a partir de los 3 años. Lo importante es que a los 7 años el niño ya posea el conocimiento de lo que está bien y lo que no está bien.  “Los chicos necesitan saber qué partes son “intocables” cuando los dejan al cuidado de otros adultos que los padres no conocen muy bien. Se pueden establecer las zonas buenas para tocar y las malas”, especificó el Director del Hospital Mount Sinai, de Chicago.
  • Si los niños son pequeños, para enseñarles cuáles son las partes privadas que nadie debe tocar, el especialista sugiere hacer una analogía con las zonas que cubren los trajes de baño.
  • Igualmente, explícale quién puede y quién no puede mirarlo y tocarlo. (Por ejemplo, su médico pediatra es uno de los que “sí” puede. Lo mismo si tiene una nana.)
  • Explícales qué le deben decir a alguien que los quiere tocar. Así si les pasa, saben qué hacer.
  • Asegúrate de que siempre tengan claro que ellos no tendrán un problema si se niegan a tocar a alguien o si te lo cuentan a ti.
  • Háblales con términos sencillos y con la verdad.
  • Si te hacen muchas preguntas, y no sabes qué responder, consulta con un profesional (médico, psicólogo o asistente social), en la escuela o agencia de salud mental de tu comunidad.
  • Termina la charla aclarándole a tu hijo que siempre estarás ahí para protegerlo, que puede contar contigo si alguien intenta algo.

Los adolescentes, un problema latente

Su afición por la tecnología hace de los adolescentes el blanco de personas inescrupulosas. Mensajes de texto, páginas de Internet personales con fotos y diarios privados (que de privados no tienen nada) y chats se han convertido en las herramientas preferidas de los jóvenes.

“Actualmente, los adolescentes tienen una idea muy diferente de lo que es un extraño. Ellos tienen amistades virtuales sólidas, son presentados a amigos de amigos a través de las salas de chat y así asumen que todos son amigos de un amigo, que no siempre es el caso. Al mismo tiempo que ellos se sienten sofisticados, están siendo vulnerables ante los pedófilos que pueden imitar la voz y el lenguaje de una persona de cualquier edad”.
Prevenir es mejor que curar
Si tienes un hijo adolescente,  apenas puedas, ten una charla extensa con él, para explicarle acerca de los peligros de ser “atrapado” o “localizado” por un extraño, de la misma manera que cuando era pequeño alguna vez le explicaste que no se suba a un auto desconocido o que no hable con extraños en un mall. 

Además:
  • Diles a tus hijos que nunca den su domicilio, nombre de la escuela, número telefónico o dirección electrónica.
  • Explícales que jamás vayan a encontrarse cara-a-cara a solas con un amigo que conocieron por Internet.
  • Aunque el “nuevo” amigo les diga que tiene 16 años y que va a la escuela en la ciudad vecina, explícales que puede ser mentira.
  • Monitorea a tu hijo cuando esté chateando o navegando por Internet.
  • Pregúntale a tu hijo si tiene una página personal. Si la tiene, explícale que eso no es un diario privado sino que su información está al alcance de todo el mundo, incluso de peligrosos predadores.
  • Si ves que algo se le va de las manos, no dudes en ponerle un límite a tu hijo.
Por último, si tu hijo te cuenta que alguien trató de abusar de él, créele. No es que los chicos siempre tienen razón pero como Padre, tienes que tomar en serio cada uno de sus relatos. Si necesitas ayuda, puedes llamar al teléfono 656 690 8300 de Casa Amiga Centro De Crisis, A.C. en Ciudad Juarez o al (55) 55.75.54.61 del Centro de Atención a Víctimas de Delitos Sexuales  en el resto de la republica y describir lo que tu hijo te contó.