Perfil del pedófilo
¿Cómo educar a nuestros hijos para que nadie se aproveche de ellos? Los múltiples casos de abusos a niños y adolescentes evidencian la importancia de esta pregunta. No se trata de desconfiar de todo el mundo y vivir en una burbuja, sino de guiar a tu hijo para saber tomar la decisión apropiada en el momento indicado. Y aprender a reconocer las señales de alerta.
Los pedófilos son personas que obtienen placer sexual a través del acercamiento con un niño. Según el Dr. Richard Macu Brousil, director del Programa de Salud Mental y Comportamiento Infantil y Adolescente del Hospital Mount Sinai, de Chicago, en líneas generales se estima que entre un 2 y 3% de la población de los Estados Unidos cuadra con la descripción de “pedófilo”. Las víctimas son principalmente varones, siendo la proporción 3 a 1 o 4 a 1 (es decir, de cada niña que es víctima de pedofilia, 3 o 4 niños también lo son).
“Es importante saber que una persona recién es diagnosticada como “pedófila” cuando cumple los 18 años de edad y tiene por lo menos 6 meses de experiencia de intensas urgencias y fantasías sexuales recurrentes, que incluyen actividades con un menor de 13 años o con una diferencia de edad mínima de cinco años”, explicó el Dr. Richard Macu Brousil, al mismo tiempo que remarcó que esta es la información “técnica”, pero que las siguientes son algunas de las señales que manifiestan los pedófilos:
- Racionalización de sus actos: Suelen decir “al chico le gusta” o “ésta es la manera que le demuestro cómo lo quiero” para fundamentar lo que hacen.
- Amenazas de violencia a la víctima o sus seres queridos.
- Encuentran víctimas “fáciles”. En general, chicos que están deprimidos, que son solitarios o que ya los conocen y confían en ellos. Ésta es la razón por la que muchos pedófilos son miembros de la familia, porque ya todos “confían” en ellos.
- Hacen grandes esfuerzos por lograr que la familia de la víctima o su grupo de apoyo “confíe” en ellos.
Habla con tus hijos sin asustarlos
Ahora que ya sabes qué es un pedófilo y cómo puedes reconocerlo, te toca transmitirles la información correcta a tus hijos, para que puedan protegerse. Según el Dr. Brousil, la edad ideal para empezar a hablarles es a partir de los 5 años, aunque hay muchos padres que abren el diálogo a partir de los 3 años. Lo importante es que a los 7 años el niño ya posea el conocimiento de lo que está bien y lo que no está bien. “Los chicos necesitan saber qué partes son “intocables” cuando los dejan al cuidado de otros adultos que los padres no conocen muy bien. Se pueden establecer las zonas buenas para tocar y las malas”, especificó el Director del Hospital Mount Sinai, de Chicago.
- Si los niños son pequeños, para enseñarles cuáles son las partes privadas que nadie debe tocar, el especialista sugiere hacer una analogía con las zonas que cubren los trajes de baño.
- Igualmente, explícale quién puede y quién no puede mirarlo y tocarlo. (Por ejemplo, su médico pediatra es uno de los que “sí” puede. Lo mismo si tiene una nana.)
- Explícales qué le deben decir a alguien que los quiere tocar. Así si les pasa, saben qué hacer.
- Asegúrate de que siempre tengan claro que ellos no tendrán un problema si se niegan a tocar a alguien o si te lo cuentan a ti.
- Háblales con términos sencillos y con la verdad.
- Si te hacen muchas preguntas, y no sabes qué responder, consulta con un profesional (médico, psicólogo o asistente social), en la escuela o agencia de salud mental de tu comunidad.
- Termina la charla aclarándole a tu hijo que siempre estarás ahí para protegerlo, que puede contar contigo si alguien intenta algo.
Los adolescentes, un problema latente
Su afición por la tecnología hace de los adolescentes el blanco de personas inescrupulosas. Mensajes de texto, páginas de Internet personales con fotos y diarios privados (que de privados no tienen nada) y chats se han convertido en las herramientas preferidas de los jóvenes.
“Actualmente, los adolescentes tienen una idea muy diferente de lo que es un extraño. Ellos tienen amistades virtuales sólidas, son presentados a amigos de amigos a través de las salas de chat y así asumen que todos son amigos de un amigo, que no siempre es el caso. Al mismo tiempo que ellos se sienten sofisticados, están siendo vulnerables ante los pedófilos que pueden imitar la voz y el lenguaje de una persona de cualquier edad”.
Prevenir es mejor que curar
Si tienes un hijo adolescente, apenas puedas, ten una charla extensa con él, para explicarle acerca de los peligros de ser “atrapado” o “localizado” por un extraño, de la misma manera que cuando era pequeño alguna vez le explicaste que no se suba a un auto desconocido o que no hable con extraños en un mall.
Además:
- Diles a tus hijos que nunca den su domicilio, nombre de la escuela, número telefónico o dirección electrónica.
- Explícales que jamás vayan a encontrarse cara-a-cara a solas con un amigo que conocieron por Internet.
- Aunque el “nuevo” amigo les diga que tiene 16 años y que va a la escuela en la ciudad vecina, explícales que puede ser mentira.
- Monitorea a tu hijo cuando esté chateando o navegando por Internet.
- Pregúntale a tu hijo si tiene una página personal. Si la tiene, explícale que eso no es un diario privado sino que su información está al alcance de todo el mundo, incluso de peligrosos predadores.
- Si ves que algo se le va de las manos, no dudes en ponerle un límite a tu hijo.
Por último, si tu hijo te cuenta que alguien trató de abusar de él, créele. No es que los chicos siempre tienen razón pero como Padre, tienes que tomar en serio cada uno de sus relatos. Si necesitas ayuda, puedes llamar al teléfono 656 690 8300 de Casa Amiga Centro De Crisis, A.C. en Ciudad Juarez o al (55) 55.75.54.61 del Centro de Atención a Víctimas de Delitos Sexuales en el resto de la republica y describir lo que tu hijo te contó.
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