jueves, 28 de mayo de 2015

Pláticas inseguras

Si bien es cierto que los delincuentes utilizan, con frecuencia, diversas tácticas de ingeniería social para obtener información sensitiva de sus potenciales víctimas, resulta igualmente cierto que infinidad de personas proporcionan voluntariamente dicha información, en las conversaciones y charlas que de manera casual se llevan a cabo en lugares públicos.

Uno de los sitios donde resulta muy fácil entablar una conversación para cualquier persona con un extraño es, sin lugar a dudas, el club deportivo o gimnasio y, en éste y de manera muy particular, dentro del área de baños en el sauna o vapor. Lo mismo ocurre en fiestas o reuniones.

En un ambiente de total relajación, iniciamos la plática desde el momento en el que alguien entra al lugar y saluda a los presentes. La conversación de las charlas suele girar en torno al clima, deportes, nutrición, rutinas, política, sociedad, negocios, automóviles, entre otros temas. Sin embargo, conforme avanza la charla, en algún momento surge la pregunta entre alguno de los presentes "y tú, ¿a qué te dedicas?".

A partir de este momento, la charla cambia de tono, cuando la persona comenta, a grandes rasgos, lo que hace y, de alguna manera, denota lo que tiene y la posición social que mantiene. Incluso, durante el diálogo, cuando alguna de las personas se manifiesta como experto en algo, ofrece recomendaciones o bien los otros le piden su opinión o consejo.

Resulta increíble cómo, algunas personas, hacen alarde de sus negocios, sus vehículos, los bienes que acaban de adquirir o, incluso, de vender. Esto es algo preocupante, si consideramos que dentro del lugar cabe la posibilidad de que exista la presencia de un delincuente ligado a una banda criminal o, simplemente, que alguno de los oyentes traspase dicha información a una tercera persona malintencionada.

No debemos perder de vista que el perfil del delincuente cambió y, entre sus filas, se encuentran personas que aparentan ser gente correcta y trabajadora, abnegados padres de familia y, en su caso, hasta buenos deportistas.

Cuida tu conversación y toma en cuenta las siguientes recomendaciones:
  1. Perfil bajo.
    Sé discreto, evita portar joyas o relojes ostentosos, que denoten tu posición económica.
  2. Plática.
    Si vas a conversar, orienta tu plática a temas generales, evitando entrar en cuestiones personales. No hagas alarde de tu situación financiera ni de tus bienes materiales.
  3. Ocupación.
    Si te preguntan a qué te dedicas o dónde trabajas, no indiques plenamente el nombre de tu organización, tu cargo o rol en la misma, ni denotes el hecho, si es el caso, que eres empresario. Menciona, de ser necesario, el ramo en que te desempeñas y reorienta la plática al tema general.
  4. Corte.
    Si, por alguna razón, te sientes incómodo con tu interlocutor o consideras que la conversación busca obtener información confidencial de tu persona, corta la plática de inmediato, retirándote del lugar amablemente: "se me hace tarde, me tengo que retirar ya, hasta luego".
  5. Contacto.
    Considera seriamente el intercambiar tarjetas de contacto con personas que conozcas en este tipo de lugares y, si aceptas tener alguna cita o encuentro, toma tus debidas precauciones.
En un club, las personas te ven llegar, identifican tus rutinas y horarios, saben el tipo de vehículo que conduces, observan de cerca el tipo de joyas y accesorios que portas y, una conversación mal cuidada, puede ser el factor determinante para considerar un ataque en tu contra, si acaso tienes la mala suerte de estar frente a un delincuente

martes, 26 de mayo de 2015

Seguridad con la tarjeta de presentación

   La tarjeta de presentación ha sido, históricamente, el elemento de intercambio inicial dentro del protocolo social y de negocios a nivel mundial. En ella, las personas muestran su nombre, el cargo que desempeñan dentro una organización, la dirección de la misma y sus datos para contacto.

   No obstante, esta importante y fundamental tradición comercial, debe ser, ante el fenómeno de la inseguridad, seriamente analizada y reconsiderada, toda vez que la información contenida en la tarjeta puede ser utilizada con fines delincuenciales, en contra de la persona u organización referida.

   Si bien la tarjeta de presentación tiene como objetivo justamente el presentarnos ante alguien, es preciso considerar que ese alguien puede no tener las mejores intenciones o bien provoque, por descuido, fuga de información y ser traspasada o aprovechada por un delincuente.

Toma en consideración las siguientes recomendaciones de seguridad:
  1. Nombre.
    Evita indicar tu nombre completo. Menciona únicamente tu nombre de pila y el primer apellido. Un primer contacto no requiere, en ese sentido, de mayor información.
  2. Cargo.
    Considera seriamente el mencionar tu cargo dentro de la organización, ya que el mencionar que eres el propietario, director general o que ocupas un cargo clave en la organización, puede ser un factor muy atractivo para un criminal.
  3. Teléfono.
    Indica únicamente el número de teléfono de tu oficina, evitando incluir tu teléfono personal móvil o de tu hogar. De esa forma filtrarás cualquier intento de contacto de alguien, al tener que llamar inicialmente a una secretaria.
  4. Correo electrónico.
    Crea una cuenta de correo que no denote tu cargo dentro de la empresa e indícala en la tarjeta. Configura tu firma electrónica de tal manera que los correos electrónicos que contestes no proporcionen, de igual forma, información confidencial.
  5. Dirección física.
    Evita mencionar la dirección física de tu organización, sobre todo si en ella no existen las condiciones de seguridad suficientes para lograr un control de acceso adecuado para visitantes. Evitarás, así, visitas inesperadas y condicionarás a la persona a establecer una cita para acudir a tu oficina o lugar de trabajo.
Modernízate e, idealmente, intercambia tarjetas de presentación electrónicas a través de tu teléfono inteligente. De esa manera, además de evitar el gasto económico y el impacto ambiental al no imprimir papel o incluso plástico, tendrás plenamente identificada a la persona a la que otorgas tus datos y evitarás cualquier fuga de información por descuido o pérdida de tu tarjeta impresa.

En cualquier caso, si la relación personal o comercial con la persona prospera, podrás proporcionar mayor información vía electrónica.

Por estas razones, a partir de ahora, considera que tu tarjeta de presentación debe llevar un nuevo atributo: el de la prevención.

Para conocer más y mejores recomendaciones, te sugerimos

contactarnos y no olvides compartir este artículo en tus redes sociales, para que más personas adopten estos hábitos de seguridad.

lunes, 25 de mayo de 2015

El infanticidio de Cristopher tiene autores intelectuales

Los cinco niños y niñas que asesinaron a Cristopher Márquez Mora, en Chihuahua, fueron asesinados primero. El homicidio del menor de seis años, llevado a cabo con extrema crueldad, sólo puede entenderse si se considera que para llegar a ello hubo un proceso que fue matando la humanidad de sus victimarios-víctimas. Los tres niños y dos niñas que jugaron al secuestrocon él y luego lo mataron a golpes y a puñaladas ya estaban muertos al perpetrar el crimen.
Porque la colonia donde viven, Laderas de San Guillermo, municipio de Aquiles Serdán, conurbada con la capital del estado, es de esos espacios donde clara se ve la producción y la reproducción ampliada de la violencia que padecemos. Surgió durante el auge viviendero de gobiernos anteriores: casas precarias, pavimento malo, en franco deterioro o desaparecido. Parques sin árboles, de puro terregal. Decenas de casas abandonadas porque sus inquilinos ya no pudieron pagarlas Ahora, vandalizadas, convertidas en centros de reunión y de intoxicación de las bandas de jóvenes y no tan jóvenes. Pésimo servicio de transporte urbano que hace interminables y extenuantes los traslados a los parques de la industria maquiladora en la ciudad de Chihuahua.
El ayuntamiento de Aquiles Serdán, antes Santa Eulalia, está totalmente rebasado para la provisión de servicios públicos adecuados a una población y a una superficie construida que de pronto se le multiplicó varias veces. Un puñado de agentes policiales y unas dos o tres patrullas son a todas vistas insuficientes siquiera para hacer los rondines rutinarios. El equipamiento de servicios sociales es prácticamente inexistente: en Laderas no hay siquiera escuela primaria, mucho menos centros comunitarios o programas de atención a adicciones. Las estrechas, polvosas y hoyudas calles, lo mismo que los cauces secos de múltiples arroyos, se convierten en el lugar de socialización por excelencia de las y los niños desde que pueden traspasar la puerta de su casa. El DIF no cumple sus funciones, no realiza ninguna labor preventiva de la violencia hacia los niños, pero van varios casos en que los sustrae injustamente de sus familias. Otras veces se los quita a las madres trabajadoras para entregárselos a los padres violadores.
Porque en Laderas de San Guillermo, como Riberas del Bravo aqui en Ciudad Juárez, el perfil social y humano es el mismo: abundancia de familias monoparentales, sobre todo de madres solas; padres ausentes, jornadas extenuantes para jefas y jefes de familia, nueve horas de trabajo y al menos tres de transporte; presencia depuchadores narcomenudistas.Impunidad de ellos, de los ladrones, de los violadores, complicidad frecuente de la policía.
Por eso el asunto no es identificar a los tres niños y dos niñas que fueron los autores materiales del infanticidio de Cristopher, cuyo padre recién murió de un infarto fulminante, cuyo hermano menor tiene que ser cuidado día y noche por la madre por su grave condición de incapacidad. El asunto es identificar a los autores intelectuales de los horrendos crímenes.
Los autores intelectuales del infanticidio de Cristopher Márquez y del homicidio espiritual de quienes le dieron muerte física son quienes llenan la televisión y el cine de contenidos violentos, quienes fabrican videojuegos donde la meta es matar y donde se puede tener muchas vidas; donde la violencia asesina se ha convertido en algo banal y la crueldad en un récord a rebasar. También los gobiernos que no tienen ningún programa de desarrollo social y humano, que gastan más en su imagen que en atención a las niñas y niños, que fomentan fraccionamientos como Laderas de San Guillermo, sin opciones de vida comunitaria, cultural y deportiva, con transporte urbano caro, malo y escaso. Quienes imponen un modelo económico de sobretrabajo e infrasalario, con jornadas que dejan poco para la sana convivencia y un estrés permanente que tensiona y violenta las relaciones familiares y comunitarias. Son también los criminales exitosos por la impunidad que se les brinda y que se convierten en modelos a seguir de niños y jóvenes porque en este país la injusticia y la corrupción han convertido la transa y el crimen en los únicos medios para superar las cada vez mas desesperantes miseria y desigualdad. Tampoco están exentos de responsabilidad los padres y madres que agobiados de cargas o enajenados por los escapes fáciles del alcohol o la televisión descuidan a sus hijos o dejan de exigirle al Estado que les haga efectivos sus derechos.
Los parientes y amigos de la familia claman por un castigo ejemplar para quienes asesinaron a Cristopher. Exigen cárcel y pena corporal para todos. Ha habido incluso llamados al linchamiento de los padres de los cinco muchachos. No quieren escuchar hablar de ley ni de derechos, ni de edad penal, ni de inimputabilidad. ¿Y por qué habrían de hacerlo si no sólo Cristopher, sino ellos mismos son víctimas continuas de atropellos en sus derechos laborales, cívicos y sociales? ¡Qué difícil hablarles del respeto a la ley cuando todos los días son las autoridades, de la más a la menos poderosa, quienes más la quebrantan! ¡Qué imposible explicar que los propios niños victimarios son a su vez víctimas!
Devenidos sicosociólogos espontáneos, los voceros de las autoridades atribuyen estos terribles hechos a la descomposición de la sociedad. Diagnóstico facilón y cobarde. Porque es desde todos los niveles de gobierno donde se han puesto en marcha y tolerado las políticas que desgarran, descomponen, pudren las relaciones sociales y dañan irremisiblemente a nuestra niñez.

Así puede explicarse el infanticidio masivo que ocurre en este México globalizado y neoliberal. La crueldad con que se ultimó a Cristopher, esa ni siquiera tratar de explicarla.